DÍA DEL ABOGADO.



DÍA DEL ABOGADO
Abogado es aquella persona que ejerce profesionalmente la defensa jurídica en un juicio, así como los procesos judiciales y administrativos ocasionados o sufridos por ella.1​ Además, asesora y da consejo en materias jurídicas. Los abogados son profesionales con conocimientos en diversas áreas de la legislación (penal, laboral, comercial, administrativa, tributaria, entre otras) y su formación implica conocimientos de historia, filosofía, cultura, literatura, oratoria, psicología, economía, teleología y política, por lo cual suelen ejercer cargos jerárquicos en la administración del Estado y su gobierno. Pueden orientarse hacia un perfil privado, como asesor y representante de personas naturales y/o jurídicas, o bien tener un perfil público ligado al gobierno y la administración pública. En la mayoría de los ordenamientos de los diversos países, para el ejercicio de esta profesión se requieren estudios universitarios en Derecho —licenciatura en Derecho—, estar inscrito en un colegio de abogados o bien tener una autorización del Estado para ejercer.
Antigua Roma
Mientras que las costumbres se conservaron sencillas y austeras en Roma, en tanto que las dignidades y los empleos fueron la recompensa de los talentos y el favor del pueblo un título para obtenerlos, los abogados desempeñaron su profesión de la manera más honorífica y mostraron el mayor desinterés, pero cuando los servicios prestados gratuitamente a la patria dejaron de ser medios para adquirir los honores y las distinciones, entonces pasaron a ser hombres mercenarios. El tribuno Cincius se empeñó en vano para que los abogados volviesen a ejercer su facultad con la delicadeza y desinterés que en tiempos antiguos. Augusto se había creído intimidarles con una pena que ellos supieron eludir y todos sus sucesores no pudieron hacer más que coartar muy poco su avaricia.
Antigua Grecia
Había también oradores o abogados en Grecia que se dedicaban a componer alegatos para los que tenían necesidad de ellos, aunque esta práctica era contraria a la disposición de las leyes, que mandaban se defendiesen las partes a sí mismas sin emplear socorros extraños. Cuando Sócrates fue llamado ante los jueces para dar cuenta de sus opiniones sobre la religión, Lisias célebre y elegante orador ateniense le llevó un alegato que había trabajado con el mayor esmero para persuadir a los jueces; pero Sócrates, después de reconocer y celebrar su mérito, no quiso valerse de él, diciendo que aquello era poco correspondiente al carácter y fortaleza que debía manifestar un filósofo.

En el Areopago hubo un tiempo en que no se permitió que asistiesen abogados: el reo o las partes exponían sencillamente y sin floreos su acción.

El emperador León, en una ley publicada el año 468, mandó que en ningún tribunal pudiese ser abogado el que no fuese católico
Ejercicio profesional
Genéricamente se puede definir el término abogado como: "persona con título de grado habilitado conforme a la legislación de cada país, que ejerce el Derecho, en asistencia de terceras personas, siendo un colaborador activo e indispensable en la administración de la Justicia de un país."3​ [cita requerida]

Se denomina también “doctor” (en casi todos los países de Sudamérica, como Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y la mayor parte de Centro América a excepción de Costa Rica y Guatemala, además de México y España) a este profesional, aún cuando no haya obtenido el doctorado y por lo tanto no posea título de doctor. Tal denominación proviene de la circunstancia que anteriormente el doctorado era una exigencia ineludible para el ejercicio de la abogacía.[cita requerida] Lo mismo ocurre con el juez o el agente fiscal quienes son denominados "doctor" cuando muchos carecen de dicho grado académico.
Formas de organización
Artículo principal: Firma de abogados
Tradicionalmente, los abogados ejercieron su profesión solos o en pequeños grupos. Fue en Estados Unidos de América a finales del siglo XIX cuando comenzaron a reunirse grupos mayores, tendencia que pasaría rápidamente a Europa y luego al resto de los países con un desarrollo relevante de la profesión. Como un caso muy especial puede citarse Francia, donde aún hoy en día, con algunas contadas excepciones, siguen trabajando solos o en pequeños grupos
Desde otra perspectiva, podemos decir que los despachos de abogados se clasifican en pequeños, medianos y grandes. Aun cuando esta nomenclatura tendrá un uso diferente en cada país, generalmente es aceptado que un despacho pequeño tiene hasta 50 abogados, y que un estudio es grande cuando alcanza al menos los 100 abogados. Los estudios de abogados se califican a sí mismos como generalistas y especialistas, o como “one stop shop” y “boutiques”, para usar un lenguaje más contemporáneo.
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Lo primero: un saludo y felicitaciones a todos los abogados de El Salvador, incluyendo desde luego a los estudiantes de Leyes. Los escritores siempre aluden a temas importantes, y yo sin ser profesional pero sí escritor "a ratos" según frase del filósofo y jurista Julio Fausto Fernández, quien abrazó el Marxismo al cual renunció y fue de la mano con el Realismo Cristiano; digo, pues, que yo también colaboro un poco.

1. Algo del ayer: en España don Pío Baroja escribió que en su país todo el mundo es abogado mientras no se pruebe lo contrario; en Italia el maestro Piero Calamandrei redactó su conocido texto "Demasiados abogados". ¿Por qué escribieron esos trozos de poemas tales maestros? Seguramente lo hicieron ante la masificación de profesionales lo que ha ocurrido en las últimas décadas en nuestro país, en todas las profesiones.
Es de recordar que el gran Francesco Carnelutti en Italia escribió palabras para siempre que la Abogacía está relacionada íntimamente con la judicatura, es decir con los jueces que aplican la ley de donde se deriva la Supremacía del poder judicial y sus jueces sobre los otros poderes del Estado.
2. También Carnelutti pronosticó para toda la posteridad que en un país es preferible tener buenos jueces que buenas leyes, lo que equivale a que es mejor un Estado con buenos jueces y con malas leyes; aunque algún día tendremos leyes y jueces buenos.
3. Estas letras van dedicadas a todos nuestros abogados formados en la Escuela de 5 años o de 7 de los que ya quedamos pocos y a los estudiantes de Derecho, a quienes exhortamos al estudio de esta noble profesión que tiene que ver mucho con el sentimiento, recordando al respecto que sentencia tiene sus orígenes en "sentimiento".
4. La literatura sobre la Abogacía es muy brillante en otros continentes y aquí en América muy corta y solo sabemos de los Mandamientos del Abogado de Eduardo J. Couture; entre nosotros el Dr. Fernández ya mencionado escribió líneas sobre la Apreciación de la Prueba hecha por Jueces, el maestro Arturo Zeledón Castrillo también insistió en que hay que mejorar la Administración de Justicia y fue defensor 100 % del Jurado de Conciencia, es decir tribunal de no letrados en Derecho. El Dr. Mauricio A. Clará comentó hace algunos años en matutino algunos Mandamientos del gran Couture. En junio de 1990 tuve el honor de que la Corte Suprema de Justicia publicara mis "Apuntes sobre la Sana Crítica en El Salvador", para todo juez y abogados, sistema que no ha sido superado todavía en la Ciencia Procesal. Agregamos que en mayo de 1961 siendo egresado de la Universidad, la revista FORO de Santa Ana publicó mi denso ensayo titulado "Aspectos Parciales del Jurado Popular en El Salvador".
5. En colaboración anterior, "El alma de la toga", recordemos ahora que don Pío Baroja agregaba que abogado era todo mundo, un ascensorista, un taxista y otros oficios similares no denigrantes pero irreconciliables con la Abogacía. Abogados serán únicamente aquellos que tengan desde sus primicias defensores, balanza y espada en mano de la ciega justicia terrenal, ante los tribunales del país.
6. Finalmente: elogiemos lo noble y sacrificado de la profesión nuestra y que Dios nos bendiga a todos.

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